En su informe trimestral enviado al Congreso de la Unión, destacó que el pago de pensiones ya llegó a un tercio del gasto corriente del sector público en 2017, y precisó que además de los bajos montos de pensión hay una diferencia por género, donde los hombres se ven más beneficiados.
Con datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), destacó que en 2016 hubo 9.6 millones de personas de al menos 65 años de edad en México, de las cuales 2.9 millones (31 por ciento) tuvieron ingresos por pensión o jubilación bajo esquemas de beneficio definido.
Estos pensionados corresponden sobre todo al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para Trabajadores del Estado (ISSSTE), Fuerzas Armadas, Petróleos Mexicanos (Pemex), entre otros.
En la ENIGH también se reporta un total de 4.7 millones de personas que reciben ingresos de programas sociales no contributivos, es decir, beneficios sociales a adultos mayores como el Programa de Pensión para Adultos Mayores conocido como “Programa 65 y más” o programas asistenciales estatales y municipales
“Se estima, por tanto, que aproximadamente 2.5 millones de mexicanos mayores de 65 años (26 por ciento) no tiene ingresos por algún sistema de pensión”, agregó.
El promedio de pensión contributiva mensual asciende a cinco mil 128 pesos para las mujeres y a seis mil 602 para los hombres, mientras que la pensión no contributiva promedio mensual es de 611 para las mujeres y 608 pesos para los hombres, cifra ligeramente superior a los 580 que otorga el “Programa 65 y más”.
A pesar de esos bajos montos de pensión, durante la presente administración, el pago de pensiones pasó de un 20 por ciento del gasto corriente del sector público en el 2012 a 32 por ciento al cierre de 2017, cifra que continuará creciendo en los próximos años, añadió la Consar.
Reiteró que ante esas condiciones, es urgente discutir las áreas de mejora de los principales pilares del andamiaje pensionarios del país.
El órgano regulador precisó que el IMSS representa la mayor proporción del gasto total en pensiones con 45 por ciento, seguido ISSSTE con 31 por ciento; el Ramo 19 con 12 por ciento; Pemex con 7.0 por ciento y la CFE con 5.0 por ciento.
Agregó que si bien en los últimos años se realizaron reformas a los diferentes esquemas de pensiones de beneficio definido, el pago de las pensiones de la “generación de transición” mantendrá una tendencia ascendente en el presupuesto.
Si bien la edad promedio los trabajadores afiliados al IMSS es de 52 años, hay miembros de la “generación de transición” que aún no rebasan los 40 años, por lo que es previsible que en las siguientes dos décadas se genere un número creciente de pensiones al amparo de las anteriores leyes de beneficio definido.
“El país seguirá enfrentando el reto de financiar un gasto creciente en las pensiones de la generación de transición (del IMSS, ISSSTE, IMSS-RJP, PEMEX, CFE, Banca de Desarrollo, Fuerzas Armadas, etc.)”, advirtió.
Agregó que además, existe un cúmulo de sistemas de pensiones a nivel local, patrocinadas por gobiernos estatales y universidades públicas, de los cuales pocos cuentan con las reservas necesarias para hacer frente a sus pasivos contingentes.
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