Alexis repitió la frase con insistencia al mismo tiempo que abrazaba el ataúd de su bebé. “¿Qué le voy a decir a tu mamá?”. Sollozó junto al pequeño cajón donde estaba Tadeo, su hijo de ocho meses, quien falleció el martes por las quemaduras que le causó una bomba molotov que criminales lanzaron al camión en que viajaba.
Elizabeth, su mamá, no pudo despedirse de él. Ella permanece en terapia intensiva desde el lunes. Además de las quemaduras de segundo y tercer grado que sufrió, el fuego le ocasionó daño en sus órganos internos, por lo que sigue inconsciente; no sabe que su hijo ya no está.
De rodillas, Alexis abrazó el cajón blanco que se colocó sobre una cripta para darle un último adiós. Entre lágrimas, el joven no se detuvo al repetirle cuánto lo amaba. “Ya no te voy a poder cargar, mi bebé”, le decía.
Su familia lo acompañó. Todos se abrazaron y lamentaron el destino que Elizabeth y Tadeo corrieron al subir a aquel camión que un grupo de la delincuencia organizada quemó intencionalmente.
El funeral de Tadeo estuvo lleno de ramilletes de flores, osos de peluche, globos azules... y elementos de la Fiscalía, quienes no sólo montaron una guardia junto al féretro, sino que escoltaron el vehículo funerario rumbo al Panteón de Santa Ana Tepetitlán, en Zapopan, donde se realizó el sepelio del bebé.
Los sepultureros tomaron el pequeño ataúd y, por instantes, Alexis luchó por mantenerse lúcido. La familia lo sostuvo para que no cayera mientras gritaba al sitio en donde, a partir de hoy, descansará Tadeo. La Fiscalía del Estado aún no reporta detenciones sobre el caso.
Fuente el informador
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